rocosa al sur de la Sierra de Loarre, dominando la Hoya de Huesca. Fue construida durante el s.XI en dos fases claramente diferenciadas. La primera corresponde al reinado de Sancho III el Mayor de Navarra y de ella se conserva el núcleo primitivo localizado en la zona más elevada. Integra la Torre del Homenaje, la Torre de la Reina, la iglesia de Santa María y algunos lienzos de muralla y restos de otra torre en el lado norte. Todo ello fue construido por maestros lombardos en sillarejo trabajado a maza y siguiendo el llamado estilo románico lombardo. Tras una breve ocupación islámica, el castillo fue reconquistado en 1070 por el rey aragonés Sancho Ramírez, quien realizó algunas ampliaciones. Éstas se localizaron en la parte baja, envolviendo la construcción primitiva. Consistieron en la edificación de la Capilla Real dedicada a San Salvador y San Pedro así como diversas estancias de uso representativo, doméstico y militar, entre las que destaca el bello Mirador de la Reina. Todo ello fue realizado en estilo románico jaqués. El conjunto se halla protegido y rodeado por una muralla del s.XIII jalonada por nueve cubos de sección semicircular, a excepción de la torre que acoge la puerta de entrada del frente meridional que es de planta cuadrada. Entre el castillo y la muralla aún se conserva una torre exenta. Desafortunadamente, esta estratégica fortaleza perdió su importancia a partir de 1089, cuando pasó a depender del Monasterio de Montearagón, y fue abandonada definitivamente en el